Al igual que el ketchup, la mostaza es una de las salsas más populares del mundo. Es difícil disfrutar de las papas fritas sin mojarlas en un poco de mostaza. Este condimento amarillo tiene el arte de realzar todos nuestros platos. Imagina un perrito caliente sin ese toque picante, sería bastante soso, ¿no? Utilizada como base de muchas vinagretas y salsas culinarias, la mostaza nos deleita con su textura cremosa, apariencia suave e inimitable sabor. A veces agridulce, semi-picante o extra-picante, su sabor permanece en la boca y no se parece a ningún otro. Pero, ¿sabes cómo conservarlo bien para conservar todas sus propiedades únicas? ¡Aquí hay un pequeño consejo que te será particularmente útil!

Preparada a partir del suelo o de semillas enteras de una planta de la familia Brassicaceae, la mostaza es uno de los condimentos más famosos en las cocinas de todo el mundo. La historia de su uso culinario comenzó hace más de cinco mil años en la India. Aparecerá mucho más tarde en Europa y rápidamente se popularizará en Francia, donde nacerá la famosa mostaza de Dijon, la que más consumimos en la actualidad. Si lo comes regularmente, ¡este consejo de almacenamiento definitivamente te interesará!

¿Por qué es bueno poner una rodaja de limón en el tarro de mostaza?

mostaza limón

El arte culinario involucra técnicas y métodos transmitidos por los Chefs más experimentados, de generación en generación. Para acertar en sus recetas, los especialistas suelen utilizar trucos sorprendentes, menos conocidos por el gran público, con el fin de obtener sabores exquisitos. Por eso siempre es relevante adquirir una serie de consejos útiles que te pueden ayudar en la cocina .

Hoy vamos a descubrir este pequeño y sencillo truco que marcará la diferencia. ¿Por qué muchos cocineros tienen la costumbre de deslizar una rodaja de limón en una lata de mostaza?

Como sabéis, una vez abierto el tarro, en contacto con el aire, siempre tememos que la mostaza pierda sus beneficios y ya no sea tan sabrosa como antes. Aunque tiene fecha de caducidad, nunca hay garantía de que pueda permanecer intacto. La solución se encuentra: poniendo una rodaja de limón encima, se puede conservar más tiempo. La acidez de este cítrico evitará que se dore y conserve su color original. Como beneficio adicional, su textura tampoco se endurecerá ni se secará. Mantendrá su textura suave y cremosa. ¡Esta técnica, muy popular entre los grandes cocineros, debe probarse urgentemente!

¿Cómo preparar mostaza casera sin conservantes?

tarro de mostaza

¿Quieres ahorrar algo de dinero y preparar tu propia salsa de mostaza? Aquí tienes una deliciosa receta que hará las delicias de los gourmets.

Ingrediente:

  • 100 g de semillas de mostaza (preferiblemente amarillas)
  • 80 ml de vinagre  de sidra (buena calidad)
  • 100 a 120 ml de agua fría
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de estragón (seco y rallado)
  • una pizca de pimienta
  • 3 cucharadas de aceite de girasol
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1 cucharadita de cúrcuma

Método de preparación :

Colocar todos los ingredientes mencionados en un bol grande de cristal y tapar con film transparente. No es necesario mezclar los ingredientes durante el proceso de preparación. Si elige guardar la mezcla en el refrigerador  , déjela en remojo durante 3 a 4 días. Luego, mezcla todo hasta obtener una salsa de mostaza con una consistencia homogénea.

Si encuentra la mostaza demasiado caliente, puede poner agua caliente y vinagre en las semillas de mostaza. Si prefiere la versión de mostaza suave, escalde primero las semillas de mostaza antes de colocarlas sobre el resto de los ingredientes.

Bueno saber  : Mucha gente piensa que al abrir la mostaza, es necesario guardarla en un ambiente frío para que dure más tiempo. En verdad, debe almacenarse en algún lugar a temperatura ambiente. Pero si prefiere que el sabor de esta salsa sea fresco, puede continuar guardándola en el refrigerador.

Advertencia  : cuando se quiera consumir mostaza, se debe utilizar siempre un utensilio limpio para utilizar el tarro (cuchillo, tenedor o cuchara), con el fin de evitar la contaminación de gérmenes y el deterioro de las propiedades del condimento.